15 julio 2012

Tal vez nunca la entregué


Me gusta cerrar los ojos.
Inclusive me gusta tomarte de la mano y besarte.
Tal vez por eso me gusta cerrar los ojos, porque imagino que te tomo de la mano  y que juntos emprendemos un viaje,
un viaje a cualquier lugar fuera de esta sociedad de mierda y de mente tan cerrada. Fuera de estas ganas de dejarte ir.
Sabes, estoy tan convencida de que te quiero. Y también de que nuestro tiempo ya hace rato expiro.
Bueno, digo. Si te gusta sufrir, acaba de comenzar.
Las mañanas son mas cálidas, porque no estas a mi lado.
Ya sabes que cuando estoy contigo pongo de pretexto que esta haciendo frio porque me haces temblar bastante.
Y pongo miles de pretextos sobre porque me trabo tanto o porque sonrió estúpidamente cada que hablas sin parar.
Nosotros somos así, no se puede hacer nada al respecto.
Me autocritico porque intento mejorar esta actitud impulsiva y sensata que me carga siempre.
Mientras tú te esmeras intentando cubrir tus errores, eso es lo que aborrezco de ti.
Pero te cambio tú gran estupidez por mil besos. Ya que me hacen muy feliz no te lo voy a negar,
y en algunos casos me tranquilizan mucho. Me dan aire.
Escucho canciones que me hacen recordarte, Ja! Eso hacemos siempre que nos hace falta alguien.
Bueno eso siempre lo hago yo, aunque creo que la mayoría hace lo mismo, para eso sirve la música, te hace pensar
¿“Quien diablos escribió mi historia”? o si eres tan evidente, jajaja.
Quiero dar por terminado mi útil presencia junto a tu alma. Y darte las gracias a vos, porque me hiciste falta mucho tiempo
y mi estado de ánimo siempre dependía de tu actitud hacia mí.
Bueno ya, termino esta historia, que al final solo se quedo en basura depresiva para todo momento.
No fue tu culpa, rayos.
Fue de los dos, tal vez nunca nos dimos cuenta que en verdad nos amábamos, o que en verdad no era así
y solo jugábamos uno con otro.
No digo que te perdí, porque aun estas en mi vida.
Aun sigues siendo parte de ella.
Tampoco te digo adiós, pues supongo que nos veremos muy seguido,
y no evitare hacerlo, todo estará bien en aquel entonces.
Me quedan tus ojos aquí, si aquí exactamente, en el corazón. En mis escritos, en mis recuerdos.
Oh dios, que enormes son, y no se digan lo bellos y brillantes que se pusieron aquel 16 de ya no me acuerdo que mes.
Mi motor estaba a lo que daba, ósea no se controlaba y mis manos sudaban.
Y esa banca frente a la fuente, ese primer beso debajo de la luna.
¿Ves?
¿Ahora te das cuenta el porque no quería mandar a la goma esto?
Me pongo triste y un poco histérica, lo siento son las ganas de no dejarte partir.
Pero bah! No te estoy pidiendo permiso, en realidad yo soy la que se va.
Yo soy quien deja esto que ya no es nada más que recuerdo, esto que no hace más que daño
y que a ratos nos amemos o a ratos nos odiemos más y más. Dame una razón para que te quedes en mi mente
y no en mi corazón. ¡Por favor! Hazme esto mas sencillo que me va a destrozar, yo lo presiento. ¡Yo lo sé!
Volteare a ver a mi alrededor, eso siempre me consuela. Saber que soy feliz por mí y no por alguien o algo más.
Por suerte soy autosuficiente y tu descuido solo causara los mínimos daños, no es tan grande la cosa.
Solo derramara las más mínimas lágrimas, la más mínima sangre derramada.
No importa, todo se regenera y mas el corazón…
Los dos seremos felices, los dos estaremos bien.
Estas lágrimas jamás se derramaron, esta triste sonrisa jamás existió.
Esta estúpida carta se borro. La borraras y me olvidaras.
Te amo

Posdata: que mas que darte amor, yo quiero regalarte el azul de los días.


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